sábado, noviembre 26, 2005

¡PROHIBIDAS! Palabras y expresiones que deben ser eliminadas de la lengua castellana

"Since we think in language, the quality of our thoughts can only be as good as the quality of our language."
George Carlin

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.”
--Ludwig Wittgenstein


En aras de proteger e incentivar la evolución de la lengua de Cervantes, el Escéptico Cuántico se pone el sombrero de la Real Academia Española sub specie aeternitatis y toma un hacha muy afilada para sutilmente ir contra las estulticias que salen de las bocas de muchas personas.
He aquí una lista de palabras y expresiones que, a partir de ahora, declaramos prohibidas. Por lo tanto, si llegan a oír a alguien usándolas, siéntanse en libertad de causarles daños significativos en cualquier región de su anatomía:

Sobrenatural / antinatural: un par de ejemplos de doble—pensar que hacen que el cadáver de Orwell se pudra un poco más cada vez que algún estúpido lo utiliza.

Como se que muchas personas, ignorantes y semi—retrasadas que son, no ven el problema con las palabritas de marras, déjenme iluminarlos: las dos palabras carecen de significado. TODO, y repito, TODO es natural; no hay nada que conozcamos que esté fuera de la naturaleza, y si lo encontramos, pasa a formar parte de la naturaleza.

Además, los que emplean estas palabras siempre son piltrafas seudo—moralistas que tratan de obligarnos, sin argumento ni evidencia alguna, a vivir nuestras vidas de acuerdo a lo que ELLOS consideran correcto. Traigan a los sospechosos habituales: políticos, religiosos, ambientalistas desquiciados, etc. A todos ellos les tengo noticias, la homosexualidad es natural, la experimentación genética es natural y es completamente natural que el hombre trate de modificar su entorno para su beneficio, es más, la porquería radiactiva que sale de las plantas de energía nuclear y la caca de perro son completamente naturales… sólo que no son buena comida (atención McDonald’s).

¿Quieren saber lo que es realmente antinatural? Todo lo que viole las reglas de la naturaleza, como Santa Claus, Superman, los fantasmas, los carpinteros judíos que resucitan después de tres días y los hombres invisibles que viven en el cielo y crean universos en su tiempo libre.
Ofendiendo a la derecha y a la izquierda… que buen comienzo.

Bolivariano: ya es bastante malo vivir en un país con el infantilismo intelectual de creer que la Independencia de gran parte de Latinoamérica del Reino de España fue resultado de la gesta heroica de un solo hombre, sino que además lo empeoran los infelices que hoy detentan el poder en Venezuela empleando el nombre de Bolívar para todo, desde nombrar países hasta designar retretes públicos.

No me malinterpreten, estoy más que consciente de la significación histórica de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios (¿a ver, a ver, cuántos se sabían el nombre completo del personaje?) pero el punto es este: es lo máximo de la arrogancia el asumir que un solo hombre puede cambiar el curso de la historia.

Los hombres no hacen la historia, la historia hace a los hombres. Aquellos que no fueron al colegio bajo los efectos del alcohol y las drogas saben que me refiero al espíritu de los tiempos, al Zeitgeist. Si no hubiera sido un mantuano de Caracas, hubiera sido un comerciante de Nueva Granada; a lo que voy es a lo siguiente, el tiempo era el correcto para un Libertador y eso fue lo que obtuvimos. El personaje no tiene nada de especial, más inclusive si consideramos que era un mujeriego y que teniendo esclavos, vociferaba acerca de la libertad de los hombres (las mujeres que se vayan a la cocina, ¡entendido!).

Ahora bien, la única razón para seguir empleando la palabra es para perpetuar la forma de pensar que supedita a las personas a los designios de un hombre, de un líder omnisciente y todopoderoso. Mantén a las personas pensando como niños y tendrás poder por siempre. Eso es de lo que Orwell hablaba en 1984. Si hoy vemos a quienes usan esta palabra y a sus seguidores no nos queda ninguna duda: el futuro es una bota pisando un rostro humano por toda la eternidad.

Tres palabras menos, pero no se preocupen quedan todavía muchas más. Ahora debo retirarme, ya va a comenzar The Daily Show with Jon Stewart: Global Edition. ¡Viva la televisión pensante!