jueves, noviembre 03, 2005

Contra reggaeton

Comienzo aclarando algo: soy un hombre heterosexual completamente normal y disfruto la belleza del sexo opuesto tanto como el que más; pero hay ciertas cosas que encuentro absolutamente desconcertantes, si no de plano ofensivas y absurdas. Una de ellas es esta aberración seudomusical conocida como 'reggaeton' que se ha convertido en el baile tribal por excelencia en todas las fiestas en Caracas; no hay reunión, fiesta, funeral o bautizo actualmente en que no suene algo de 'Daddy Yankee' (como quiera que se llame) o de algún otro de los personajes de esta moda.

Ya puedo comenzar a leer las respuestas: que si me lo tomo demasiado en serio, que si soy un mojigato moralista, que si dudan si soy macho o no; pues bien, la respuesta es sencilla: no, no me lo tomo demasiado en serio, me suicidaré antes de ser mojigato y prefiero ser hombre a ser macho, muchas gracias (pace Javier).

Mi rechazo al reggaeton es múltiple, pero comenzaré por el más simple e irrefutable: el nombre de la bestia. No se si se lo han preguntado, pero tras escuchar el reggae de Bob Marley, su máximo exponente, debo hacerlo: ¿Qué co#o tiene el reggaeton que ver con el reggae? No hay nada en el ritmo de uno que lleve al otro; uno es la música tradicional de Jamaica, con sus lazos con la cultura Rastafarian y el otro es una (j)oda a la diversión hedonista descerebrada. Por favor que alguien me explique este galimatías de nombres y sus relaciones y, si no tienen nada que ver, entonces que me digan por qué demonios se llama así.

El segundo disparo viene por el lado estrictamente musical. Usualmente el arte demanda una elusiva cualidad, muy humana ella, que no todos poseemos: talento. La música, como muestra del arte humano, es una mezcla de la poesía lírica con la melodía y por tanto demanda del autor una gran humanidad (razón por la cual soy científico y no poeta), puesto que debe ser poeta y compositor al tiempo. Entonces podría alguien decirme dónde está la poesía en las letras de esas ‘canciones’; la rima está ausente, y los únicos sentimientos que parecieran estar presentes no son sino diluidas y apenas enmascaradas pasiones sexuales. Y la melodía… ¡ah la melodía! Un niño de 5 años en un sótano con una computadora podría componer algo mucho mejor; de hecho, todos los ritmos del reggaeton parecen no ya compuestos, sino producidos en masa: pésimos batidos de hip-hop en una composición electrónica que no tiene esperanzas.

Sé que pareciera que hago una crítica social del reggeaton, pero… ah, al diablo, si es una crítica social; es la crítica eterna de la igualación por el mínimo común denominador, la crítica de apelar a las pasiones en vez de a las ideas para distraer (que no entretener) a las masas. El reggaeton es la última muestra de las razones por las que América Latina no sale de abajo: mentalidad de prostíbulo con una política, economía y liderazgo para hacerle juego.

Perdón por la digresión… me pasa muy a menudo, ¿dónde iba? Ah si, la melodía de porquería hecha por tarados que huyen aterrorizados ante la sola idea de entrenarse para tocar un instrumento de verdad y no un teclado o un ‘pinchadiscos’ electrónico. Sólo la idea de que sean estos tipejos sin talento los que venden discos me lleva a niveles de furia que sólo son comparables a los de Aquiles. Por eso os digo: apoyen a sus bandas, vayan a conciertos y ayuden a los tipos que si tienen que ensayar y practicar, sólo así lograremos música que no vaya al mínimo denominador, música que pueda resistir los embates del tiempo y la historia, en fin, música que valga la pena escuchar (y pagar).

Tercer y último disparo; este es un poco más filosófico que los anteriores, pero es el que me gustaría que quedara bien claro. Es a lo que apuntaba mi aclaración inicial: noten con cuidado que siempre son mujeres las que llevan los pantalones absurdamente cortos y son las que agitan sus cuerpos con movimientos que harían a un epiléptico huir de terror. Si bien el cromosoma Y en mi código genético agradece el espectáculo, mi mente me dice otra cosa (si, se acuerdan, es el cerebro el que piensa, no los genitales).

Las mujeres llevan casi siglo y medio diciendo que quieren igualdad entre los sexos, que no son objetos sexuales diseñados para el placer masculino cuya sola misión en la vida es bombear un ser humano cada 9 meses. Me parece perfecto, las apoyo, tienen toda la razón: pero me cuesta un poco respetarte como persona, mi querida Yuleisi, cuando me estás asfixiando con tus senos o cuando estás sacándole tanto brillo a la hebilla de mi cinturón que se hace digno de un uniforme militar (con lanza incluida); todo al ritmo del reggaeton, y si además me dices que te gusta esa ‘música’, que te hace sentir como una verdadera mujer, pues la ofensa es mayor. “Eres un pervertido” me dices mientras, semidesnuda, te contoneas como epiléptica. Un poquito de consistencia (y de respeto a uno mismo) nunca mató a nadie.

Vamos, podemos hacerlo mejor, podemos crear música que guste tanto al cerebro como al cuerpo; que no muestre senos y traseros, sino que insinúe curvas sensuales. Esa es la música que haría que un lerdo como yo (tengo la habilidad motora de Stephen Hawking) aprendiera a bailar.

Comienzo despotricando… ahora, a dormir.

5 Comments:

At 2:26 p. m., Blogger Fullmetal said...

Totalmente de acuerdo. Esa vaina no es música ni por accidente. Considero que la gente que le gusta debería ir a un otorrino (porque algo esta fallando ahi).
Te extiendo además una invitacion para unirte a la LARVA (Liga Anti Reggaeton de VenezuelA). Bien chevere el blog, por cierto

 
At 2:45 p. m., Blogger Chigüire said...

El reggaeton es una música que apela a la parte primitiva del cerebro, chamo, a lo que venimos programados desde hace miles y miles de años: tener sexo para perpetuar la especie.

Por mi parte es algo que no considero ni bueno, ni malo, simplemente es. Otra música que tiene características muy similares son los tambores, y sin embargo, no veo a la gente despotricando en contra de los tambores. Es música que no tiene pretensiones de pasar a la historia, música repetitiva, con baile muy sugestivo. ¿Qué tiene los tambores que no tiene el reggaeton?, es algo que para mí es bastante interesante.

PD: Sí, yo tampoco veo la relación entre "reggae" y "reggaeton".

 
At 7:18 p. m., Blogger Eduardo Vendrell said...

Ese chino!

Muy de pinga tu blog pana. Ahora ya tengo un blog gracias a que me he tenido que registrar para poder responderte.

Bueno, respecto a tu post, que quieres que te diga? Pues que como persona 100% racional que eres (muy pocos alcanzan ese porcentaje) no me extraña que seas capaz de haber logrado un analisis tan exhaustivo del tema que tanto te preocupa. La verdad es que te recuerdo como una persona muy critica, lo cual es algo de agradecer en estos dias, donde "todo el mundo" (y ahora me acuerdo de Bernechea!) sigue la moda sin siquiera cuestionarse por un segundo lo que hacen.

Me incluyo dentro de ese grupo en cuanto al reggaeton se refiere. A mi siempre me ha gustado bailar y esta musica me agrada. Aunque te digo que prefiero mil veces bailar merengue, salsa o bachata.

En cuanto a lo que dice Ciro, tiene un poco de razon... pero se pela en igualar ambos estilos musicales, ya que como bien sabe el, y bien sabemos todos, los tambores tienen sus origenes en los esclavos que vienieron de Africa... y que con los años (siglos) se han arraigado en nuestra cultura Venezolana. Pero el reggaeton es algo nuevo, carente de cultura y sin mayor trascendencia.

Ahora les cuento el estado de reggaeton en Madrid. Aqui no hay discoteca buena en la que no te pongan al menos un tema de reggaeton. Lo malo es que no ponen mas que la jodida Gasolina que me tiene un poco rayado.

Aqui se creen que el reggaeton es algo nuevo que salio este año... asi que podriamos decir que esta musica esta "en pañales" por estos lares. Pero amigos, aqui las españolas gozan una bola y parte de la otra en cuanto ponen al panita daddy yankee... aunque les falta un poco de entrenamiento, mas que nada porque lo bailan solas y son muy celosas de sus encantos fisicos, y no te sacan brillo a la hebilla del cinturon... pero bueno, poco a poco.

Saludos!

PD: echen un ojo por http://free.prohosting.com/alarma17/carputer/index.html a ver que les parece ;)

 
At 9:28 p. m., Blogger Chigüire said...

Creo que fui malentendido. Bajo ninguna circustancia estoy igualando una cosa con la otra, simplemente estoy proponiendo ideas nuevas y alentar a explorarlas. Yo estoy comentando en este espacio por mi interés en la música en general, soy melómano y siempre estoy dispuesto a escuchar cualquier música nueva que escuche por ahí.

Amigo Andrés, el reguetón es también en cierta forma un ritual de cortejo, como lo es cualquier baile en pareja. El hecho de que durante el baile la mujer aleje al hombre si éste se acerca demasiado (y obviamente no le atraiga) pasa como en cualquier género. En el reguetón no hay obligación de tener roce con la otra persona, aunque quizás es lo más común que veamos.

Y es en lo más común que vemos donde, creo yo, está la diferencia, es decir, en la parte cultural. Como dijo Eduardo, los tambores tienen todo un trasfondo cultural inmenso. Por lo menos como venezolano toda la vida he visto bailar tambores a la gente y la cuestión gusta, cosa que no pasa con el reguetón, que salió si mal no recuerdo hace ya un año o dos. Una cosa curiosa pasa con el reguetón los niños. Las maestras de los chamos suelen gustar de ese género (no pregunten por qué), y los niños ven eso y, de hecho, lo bailan con mucha energía (por supuesto, sin saber qué significan esos movimientos para nosotros). Vale la pena preguntarse cuáles serán las opiniones de ellos dentro de unos cuantos años, porque ellos habrán vivido esa experiencia que nosotros estamos rechazando por X o Y razón.

He ahí mis dos centavos :-P.

 
At 11:17 a. m., Blogger Unknown said...

Saludos, Jesús!!!!

Excelente Blog, no lo había visto.

Muy lúcido análisis del reggaeton. En cuanto a los que piden gasolina, bueno, yo se las daría y luego un yesquero.

 

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